Los hijos de Amandarro

Este artículo es de suma importancia porque da a conocer un hecho totalmente desconocido en Bizkaia. Segun el fuero viejo del siglo XIV los obispos tenian totalmente prohibido pisar Bizkaia y si alguien osase entrar deberían impedírselo además de coger la tierra pisada por él y echada al fuego. El Obispo de Calahorra intentó entrar y le dieron muerte en el mismo Otxandio un grupo de bizkainos liderados por Amandarro. Al siglo siguiente, el fuero nuevo quitó este apartado y desde entonces la iglesia vaticana se adueñó del cristianismo de este territorio.

Dice la tradición, que hace seiscientos años, durante el siglo XIV, un obispo de Calahorra pretendió entrar en tierras de Vizcaya a tomar posesión de sus feudos.

En aquel tiempo, eran los obispos, además de jefes religiosos muchas veces verdaderos señores feudales y a veces también caudillos guerreros.

Como el Fuero Viejo, o sea la ancestral ley de esta tierra vedaba la entrada en tierras de Vizcaya a obispos o a sus vicarios (pero no a los sacerdotes y predicadores), los vizcaínos reunidos en batzar acordaron oponerse a las pretensiones del referido obispo y hacerle saber que sus intenciones iban en contra de lo establecido por la sagrada ley de esta tierra.

No obstante ser avisado de la ilegalidad de su pretensión, el obispo de Calahorra decide llevar adelante su propósito.

Todo el País Vasco ardía entonces en una sangrienta guerra civil o de bandos. (La conocida como la de “Oñaz y Gamboa”). Y era un tiempo muy oportuno para quebrantar sus leyes o para violar sus fronteras y avasallar a sus moradores. A pesar de ello, muchos hombres conscientes del peligro que corría el país debieron presentarse en Ochandiano por su cuenta y riesgo a fin de cerrar el paso al obispo invasor.

Y así debió de construirse un pequeño ejército constituido por los hombres de Ochandiano y los llegados desde otros puntos de Vizcaya, el cual, mandado por los hijos de Amándarro (jóvenes de Ochandiano que conocían bien el terreno) cortó el paso al invasor.

El obispo invasor que venía con su hueste armada, presentó batalla pero fue derrotado y perdió la vida en la batalla. También murieron los dos hijos de Amándarro según la tradición y un cantar popular que decía “Amandarro ha perdido sus hijos, pero Vizcaya ha conservado su libertad” recordó durante siglos el episodio.

El escritor Vicente de Arana, escribió una pequeña obra literaria sobre este tema. La obra aparece en su libro “LOS ULTIMOS IBEROS Leyendas de Euskaria” editada en Madrid en el año 1882.

El escritor sitúa la batalla en Gomilaz, Itesasi y el bosque de Ibarbaltz (donde hoy comienza el embalse de aguas “Santa Engracia”)

1979-IX

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