Ochandiano, un punto negro en nuestras carreteras

Sobre los graves problemas de tráfico que habia antes de hacer la circunvalación

En La Gaceta del Norte del pasado día 26 apareció un trabajo muy interesante titulado: “DURANGO-VITORIA una ruta recomendada, no recomendable”. Huelga decir que fue muy leído en los pueblos de esta zona, puesto que hacía diana en el problema más grave o de los más graves que padece hoy. Es indudable que todos los afectados suscribimos el contenido del citado trabajo, muy ponderado, y estamos de acuerdo con sus apreciaciones.

Pero siendo Ochandiano el más gravemente afectado de los pueblos de la ruta, creemos necesario añadir estas notas a lo ya expuesto. Verdaderamente, la avalancha de vehículos que fluye de la autopista, al meterse en un “tubo” de un kilómetro, sin apenas salidas laterales y con encrucijadas mortales, es un verdadero calvario para la villa. Basta mirar la estrecha calzada y las aceras que en muchos tramos no llegan al medio metro de ancho, para percatarse del constante peligro que supone para quienes viven en el pueblo. Porque ese tubo es la principal calle de la villa y casi todo Ochandiano.

Pero hay más todavía: cuando la carretera general de Barazar queda cortada durante unas horas por algún siniestro o durante meses por alguna reparación, todo el tráfico de Bilbao con la meseta discurre también por aquí (por la variante de Zubizabal o por el puerto de Dima). El espectáculo suele ser deprimente: los grandes camiones que arrancan balcones y destrozan macetas, las casas que tiemblan con el trepidar de los motores, ruido, humo… en fin, que Ochandiano en vez de un poblado para vivir personas, se convierte en un infierno para sufrir.

Ahora, a este infierno periódico se añade la avalancha que nos llega de la autopista. Además, las señales de reducción de velocidad se hallan en la entrada de la calle después de una curva. Muchos automovilistas saben de frenazos y de coches destrozados (alrededor de una decena en dos meses) pero nadie ha muerto hasta ahora. ¿Será quizás necesario que ocurran accidentes mortales para que se busque y arbitre una solución al problema? Esta es la pregunta que muchos vecinos de la villa plantean continuamente, pregunta que hasta hoy no ha tenido respuesta. Dios quiera que el sacrificio ofrendado sea de balcones, macetas y nervios rotos, sin tener que añadir vidas humanas.

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